sábado, 12 de septiembre de 2009

Los que muy pocos hablan del 9/11


La mayoría de los bomberos de la ciudad de Nueva york que participaron el 11 de septiembre de las tareas en el Word Trade Center perdieron el 12 % de su capacidad pulmonar y fueron pasados a retiro. Las compañías de seguro reclaman las indemnizaciones de los rescatistas de la zona cero aun después de mas de cinco años después del atentado y no se pagan los tratamientos de estas personas que hacienden a miles de dólares.
Asimismo unas 70.000 personas residentes en la zona periférica de Manhatan presentan problemas pulmonares importantes; debido a esto presentaron una demanda general a la E.P.A. y se retiro la inmunidad a su directora Wickman posibilitando que esta fuera procesada, debido a que ella recomendó en el momento del atentado que las personas debían volver a sus actividades normales y sus viviendas ya que el polvo que cubría la ciudad había sido analizado y no presentaba peligro para la población.
A uno de estos agentes el detective Zadroga, que sufrió los problemas respiratorios posteriores a los trabajos en la zona cero se le realizo una autopsia; la mismo revelo que los pulmones estaban extraordinariamente agrandados ya que estaban llenos de escombros y alrededor de los escombros microscópicos se formaron granulomas. En conclusión el paciente muere ahogado por sus propios pulmones.
A una muestra del polvo encontrado entre los escombros se le realizo un análisis; que mostró que este era terriblemente nocivo (estudio geológico), similar al de un limpiador de horno. Algunos de los componentes hallados eran: Benceno, asbesto, fibra de vidrio, plomo, combustibles de aeronaves, cemento, magnesio, etc.

El polvo de las torres gemelas tenia mas de 100 componentes, algunos jamás fueron identificados y otros eran desconocidos para los científicos.
Todo lo que había en esta superestructura se fundió en un polvo que provocaba un daño irreversible y permanente en los rescatistas al momento de ser ingresado en las vías respiratorias.

A las semanas estos llegaban a los hospitales. Fue entonces que se redacto un documento advirtiendo de esto a las autoridades en el hospital Monte Sinai; el mismo seria desoído por el gobierno.
Al mes los habitantes volvieron a sus viviendas y oficinas haciendo caso al gobierno, que argumentaba que el polvo no era perjudicial para la salud en las concentraciones que se encontraba en los estudios realizados; pero los ciudadanos no entendían porque entonces este era observadle a simple vista y luego de realizar la limpieza o recolección del mismo (a veces incluso por empresas especializadas en esto) este se volvía a acumular.
Esta situación se reitero durante meses hasta que la gente comenzó a aceptar el problema como parte de su vida cotidiana mientras las autoridades comenzaron a recomendar a la gente que la limpieza se realizara con paños mojados.
Hoy 15.000 rescatistas tienen problemas de salud, en muchos casos crónicos como asma o tuberculosis. Algunos bomberos que fueron pasados a retiro poseen solo el 12 % de su capacidad pulmonar lo que les impide realizar cualquier tipo de esfuerzo.


Los demandantes, que trabajaron en el lugar del desastre de una manera u otra, fallecieron de los males que actualmente son familiares entre los miles de enfermos: sarcoidosis, mesotelioma y males pulmonares.

Entre ellos se incluye a Reeve, que trabajó cuatro meses en la morgue del lugar, y a la monja Cynthia Mahoney, de 54 años, que ofició durante seis meses en el lugar, a menudo bendiciendo los restos de las víctimas halladas entre los escombros.

Un estudio publicado por el principal programa especializado en hacer un seguimiento de los trabajadores que participaron en las tareas de remoción de escombros de las Torres Gemelas, halló que casi un 70 por ciento podría tener problemas respiratorios para el resto de su vida.

Los males que se habían detectado entre los voluntarios de la "zona cero" son diversos, aunque destacan los que afectan al tracto respiratorio superior, como sinusitis, laringitis y disfunciones de las cuerdas vocales, que han sufrido el 84 por ciento de los voluntarios.
El 47 por ciento ha padecido enfermedades en el tracto respiratorio inferior, especialmente asma y tos, aunque también ha habido una gran incidencia de problemas musculares y óseos, un 31 por ciento; y desordenes psicológicos, como depresión crónica y estrés, un 37 por ciento.
Hoy el 70 por ciento de los que colaboraron en la "zona cero" sigue sufriendo problemas respiratorios, y un tercio padece alteraciones pulmonares, conclusión especialmente preocupante dada la fortaleza física que poseían, por ejemplo, los voluntarios que procedían del mundo de la construcción.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Y EL PAYASO QUIERE MAS PUEBAS

LES DEJO EL LINK PARA QUE VEAN COMO MI PAIS SE ESTA CAYENDO A PEDASOS




www.eluniverso.com/2009/09/06/1/1356/familias-solo-subsisten-ante-deterioro-economia.html?p=1356&m=1226

miércoles, 2 de septiembre de 2009

HASTA CUANDO CON ESTE PAYASO




Todos los días como es tradición de lavarme los dientes, me presto a leer el periódico analizando y quedando en mi un criterio coherente de las cosas que pasa en mi país, pero el día de hoy "DIJE HASTA AQUÍ".
No hay que ser economista y menos un estudiado en la mejor universidad del mundo, para dar ce cuenta lo que realmente esta pasando,después de tantas promesas ahora nos quiere cojer de tontos, por que no sabe de donde sacar dinero para pagar sus derroché de dinero en cadenas absurdas, o bonos que hacen facilista a le gente y dependiente a ser vagos,por que no hay otra palabra para ello.

Ahora resulta que suben el precio de la gasolina super, y disfrazando con una teoría tonta de que solo va a ser afectado los que tienen carros de lujo,eso me parece absurdo e idiota de este disque economista, que se cree este resentido social que por que el no pudo andar en un carro todo pero le ve a alguien que se sacrifica estudiando o trabajando para que este tipejo le quiera poner impuestos. No se da cuenta que a largo plazo afecta a la gente pobre que tanto se llena la boca diciendo la revolución ciudadana para el pueblo, para que no digas que son solo palabras te doy un ejemplo: Si me subes la gasolina el afectado no es el que tiene dinero si no el pobre ya que por lo mínimo tiene chofer que tiene una familia y da de comer a sus hijos, pero por esas decisiones del gobierno por que le da la gana de subir el precio sin sustentarlo, el dueño de ese vehículo tendrá de despedir al chofer, para que no se vea afectada la economía de el.

Por otro lado para seguir la historia, van a poner impuestos al papel para los periódicos, que solo los estudiados o gente selecta como ellos los llama dice que leen los titulares, SEÑOR PAYASO los pobres también leen y no solo el EXTRA o tienes miedo de que se den cuenta de las estupideces que haces y como medida pones un impuesto para que dejen de leer tus verdades.... Aparte que dices que la gente del país es ignorante, pero por un lado te conviene ya que es fácil gobernar un millón de ignorantes que a 10 inteligentes o que tengan un poco de coherencia.

Por que crees que el SEÑOR Alcade de mi ciudad llamo a todos los empresarios, ¿sabes porque? tiene una mente futurista y piensa a largo plazo.
Deja de ser resentido social o un payaso dedicate a gobernar y pon los pies en la tierra que cada día que pasa estas mandando a este país a la pobresa.

EL RICO SEGUIRÁ SIENDO RICO, LA CLASE MEDIA ESTA SIENDO AFECTADA YA O HAY CLASE MEDIA SI NO POBRE, Y LA POBRE YA ES MISERABLE.

lunes, 17 de agosto de 2009

Agentes extintores de incendio gaseosos




Normalización de la medición de concentraciones mínimas de extinción

Los antecedentes de los sistemas extintores de incendio de inundación total que utilizan agentes gaseosos se remontan, por lo menos, al año 1920, cuando Walter Kidde introdujo los sistemas de dióxido de carbono en los Estados Unidos. Desafortunadamente, el dióxido de carbono es letal para los seres humanos si se lo utiliza en concentraciones normales. La llegada de Halón 1301, en los años ’60, dio origen a la era de agentes gaseosos de inundación total, seguros para las personas. La era de los “agentes limpios” comenzó en el año 1994, con la prohibición impuesta sobre la producción del Halón 1301, debido a su alto potencial de reducción de la capa de ozono.

Según se emplea actualmente, la frase “agentes limpios” hace referencia a aquellos agentes que se utilizan como sustitutos del Halón 1301, y que, además, no presentan (o presentan un muy bajo) potencial de reducción de la capa de ozono. La NFPA 2001, Norma sobre sistemas de extinción de incendios mediante agentes limpios, describe los requisitos sobre el uso de 13 agentes limpios, entre los que se incluyen cuatros agentes de gas inerte y nueve agentes de halocarbono. Al menos siete de los 13 agentes limpios enumerados en la NFPA 2001 se utilizan para protección contra incendios por inundación total en espacios “ocupados de manera normal”. Ello no significa que dichos sistemas puedan ser descargados cuando haya personas en el espacio protegido.

Debe evitarse la innecesaria exposición a los agentes limpios. Se supone que el personal evacuará el espacio protegido antes de proceder con la descarga de un sistema de agentes limpios. El valor esencial de un agente limpio es que no debería provocar daños en personas que involuntariamente se vean expuestas a una mezcla de agente-aire en concentraciones previstas para ser utilizadas en espacios ocupados. En el caso del Halón 1301, la concentración mínima de extinción (MEC, por sus siglas en inglés) es de ~3.2 %vol. para llamas de heptano. La concentración máxima de exposición permitida (MPEC, por sus siglas en inglés) para seres humanos es de 7 %vol. La concentración habitual de diseño para una aplicación de Halón 1301 era de 5 %vol., lo que dejaba un margen de seguridad (relativo) del 40% antes de alcanzar la concentración máxima permitida. La concentración mínima de diseño (MDC, por sus siglas en inglés) que se utiliza para agentes limpios es de 1,3 veces la concentración mínima de extinción (MEC), en el caso de aplicaciones de líquidos inflamables. La concentración mínima de diseño resultante deja un margen relativo menor antes de alcanzar la concentración máxima de exposición permitida (MPEC). Al especificar la concentración mínima de diseño (MDC) más baja permitida, los diseñadores de los sistemas dejan un margen máximo para una exposición segura al agente.

A nivel de costos, es alta la competencia entre los proveedores de los distintos sistemas de agentes limpios. Por ello, es frecuente especificar sistemas extintores de incendio que posean la concentración mínima de diseño (MDC) más baja permitida, a fin de mantener los costos en valores mínimos.

Los aspectos anteriormente mencionados actúan como incentivos para el diseño de sistemas extintores de incendio mediante agentes gaseosos, que utilizan la cantidad de agente mínima que cumpla con los requisitos establecidos en la NFPA 2001. Una información clave considerada necesaria para el logro de esta meta es un valor determinado preciso y confiable de la concentración mínima de extinción (MEC). NFPA 2001 (2004), Sección 5.4.2.1 requiere que la concentración mínima de extinción (MEC) de un agente para un combustible líquido inflamable sea determinada por el método de quemador de copa que se describe en el Anexo B. El método de quemador de copa también se explica en el Anexo B ISO 14520, aunque existen diferencias entre los métodos de la NFPA y de la ISO. Además, hasta la emisión de la edición 2007 de NFPA 2001, ninguna de las normas especificaba con precisión los detalles de construcción de los aparatos de prueba, en particular del componente copa. Un análisis de los valores del quemador de copa incluido en normas nacionales e internacionales revelaba inconsistencias materiales entre las concentraciones mínimas de extinción (MECs) informadas para agentes de gas inerte¹. En el año 2003, el comité técnico de la NFPA 2001 designó un Grupo de Tareas (TG, por sus siglas en inglés) para revisar el método de quemador de copa y desarrollar un método de prueba enmendado, con el objetivo de mejorar la reproducibilidad de laboratorio a laboratorio de los resultados de las pruebas. Las recomendaciones del Grupo de Tareas sobre las modificaciones al método de prueba y las especificaciones de los aparatos de prueba, las cuales se ilustran en la figura 1a y en la figura 1b, fueron revisadas y aprobadas por el comité técnico en octubre de 2005, y serán incluidas en el Anexo B enmendado de la edición 2007 de la Norma NFPA 2001.

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Figura 1a. Vista ampliada de las piezas del conjunto de montaje del quemador de copa, según se muestra en la NFPA 2001 (2007) Anexo B.

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Figura 1b. Detalle del diseño de la copa.


Estudio inter-laboratorios
Desde noviembre de 2005, al menos 15 laboratorios han adquirido los nuevos sistemas de prueba de quemador de copa² . Nueve laboratorios acordaron participar en el programa de prueba round robin (RR por sus siglas en inglés- participación en secuencia o en serie) durante el verano del año 2006. Las metas del programa round robin fueron: (a) determinar la reproducibilidad del método de prueba enmendado y de los aparatos, (b) obtener conocimientos sobre repetibilidad, y (c) establecer con precisión los valores de concentración mínima de extinción (MEC) de referencia comparativa. El programa RR incluía los siguientes elementos:
Uso del nuevo hardware y procedimiento de prueba
Todas las pruebas eran realizadas por el mismo operador
Combustible: n-heptano
Agente N. º 1 - Nitrógeno
Agente N. º 2 - HFC-227ea
Cantidad de ensayos: Tres, uno por vez durante tres días distintos
Cantidad de pruebas por ensayo: Cinco
Formato de fecha: Utilice la planilla de Excel pre-formateada provista
Reporte: Envíe los resultados a la Fundación de Investigación en Protección de Incendios antes de fines de septiembre de 2006.

El rol de la Fundación de Investigación en Protección de Incendios (FPRF, por sus siglas en inglés) en el programa RR ha sido de gran relevancia. Han actuado como un revisor tercero independiente y objetivo. La FPRF ha protegido la confidencialidad de los laboratorios participantes, asignándole un número a cada uno de ellos. Además, la FPRF llevó a cabo análisis estadísticos de los datos. Los resultados analizados fueron informados al Grupo de Tareas de la NFPA, haciendo referencia a los laboratorios únicamente por el número. A continuación, se describen los resultados del programa RR.

Ocho laboratorios participaron en las pruebas que utilizaban el Agente Nº 1, nitrógeno. Seis de los laboratorios informaron resultados muy similares, según se describe en la figura 2. Dichos resultados se utilizaron como base para establecer la concentración mínima de extinción (MEC) de referencia comparativa del nitrógeno para n-heptano como 32,4 ± 0,9 %vol. La estrecha concordancia de los seis laboratorios independientes demuestra que el método de prueba es, en general, altamente reproducible. Los resultados de concentración mínima de extinción (MEC) de dos laboratorios mostraron de dos a cinco desviaciones estándar más bajas que los valores del grupo de referencia comparativa.

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Figura 2. Resultados de concentración mínima de extinción (MEC) para nitrógeno.


Cinco laboratorios participaron en las pruebas que utilizaban el Agente Nº 2, HFC-227ea. Cuatro de los laboratorios informaron resultados muy similares, según se describe en la figura 4 . Dichos resultados se utilizaron como base para establecer la concentración mínima de extinción (MEC) de referencia comparativa del HFC-227ea para n-heptano como 6,62 ± 0,13 %vol. La estrecha concordancia de los cuatro laboratorios independientes demuestra que el método de prueba es, en general, altamente reproducible. Los resultados de concentración mínima de extinción (MEC) de uno de los laboratorios mostraron alrededor de dos desviaciones estándar más bajas que los valores del grupo de referencia comparativa.

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Figura 3. Resultados de concentración mínima de extinción (MEC) para HFC-227ea.


El hecho de que algunos laboratorios hayan informado resultados significativamente distintos (más bajos) a los valores de referencia comparativa muy probablemente se deba a errores en la calibración de los medios utilizados para determinar la concentración del agente en el aire y no a diferencias inherentes en el desempeño de los aparatos u otros aspectos del método. Esta conclusión está avalada por los resultados del Laboratorio Nº 7, que elaboró informes para ambos agentes. Los resultados del Laboratorio Nº 7 se encontraban dentro de los valores del grupo de referencia comparativa para el nitrógeno, pero presentaban dos desviaciones estándar más bajas que los valores del grupo de referencia comparativa para HFC-227ea. El técnico, los aparatos y el procedimiento fueron los mismos para ambos grupos, aunque lo métodos utilizados para determinar la concentración de agente fueron diferentes.

La Figura 4 describe los datos del nitrógeno, según fueron informados por día de prueba. Es evidente que la repetibilidad día a día en la medición de la concentración mínima de extinción (MEC) puede ser significativa aún para laboratorios que en forma grupal alcanzaron una concordancia excelente en los resultados promedio de tres días. Estos datos deberían servir como advertencia de que la repetibilidad de un laboratorio individual debería ser comprendida y tomada en consideración antes de informar los valores de concentración mínima de extinción (MEC) finales para una determinada combinación de agente-combustible.

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Figura 4. Valores de concentración mínima de extinción (MEC) promedio y de un solo día para el nitrógeno.


Resumen
El comité técnico de la NFPA 2001 sobre Sistemas de extinción de incendios mediante agentes limpios promovió el desarrollo de método de prueba por quemador de copa mejorado, con el propósito de facilitar la obtención de mayor coherencia y precisión en la determinación de los valores de concentración mínima de extinción (MEC) de agentes gaseosos para llamas de combustibles de Clase B. En el año 2006, se llevó a cabo un estudio inter-laboratorios, en el que participaron nueve laboratorios, y cuyo fin era evaluar el nuevo método y los aparatos. Los resultados del estudio comprenden tres aspectos:
• El método de prueba por quemador de copa enmendado obtiene resultados de alta compatibilidad.
• Es muy probable que la causa principal de los resultados erróneos sea la calibración de los medios utilizados para determinar la concentración de agente en el aire.
• Se establecieron los valores de concentración mínima de extinción (MEC) de referencia comparativa para dos agentes gaseosos: nitrógeno y HFC-227ea.

Dr. Joseph A. Senecal es director del laboratorio de combustión de Kidde-Fenwal. También es miembro de diversos Comités Técnicos de la NFPA, entre ellos el Comité Técnico de Sistemas de Extinción de Incendios con Agentes Gaseosos.


Notas al pie

1. Un sistema de extinción de incendios de “inundación total” crea una atmósfera para la extinción del incendio en toda la extensión de un cerramiento protegido. Por el contrario, un sistema de “aplicación local” dirige el agente extintor sobre un riesgo específico que no necesariamente se encuentra confinado dentro de límites de retención de gas.
2. La frase “concentración máxima de exposición permitida” se utiliza en el presente para abarcar diversos criterios diferentes sobre los límites de exposición segura que se aplican a los agentes de gas inerte y de halocarbono. Ver Norma NFPA 2001, Sección 1.5, Seguridad.
3. HFC-227ea es la identificación genérica del agente hidrofluorocarbono CF3-CHF-CF3, fabricado y vendido en los Estados Unidos bajo los nombres comerciales FM-200 y FE-227.

miércoles, 15 de julio de 2009

Cuando la vía más corta, más simple y más directa no se halla disponible




Los departamentos de bomberos están entrenados y equipados para utilizar diversos métodos diferentes para el rescate de ocupantes atrapados en un edificio en llamas. Los ocupantes deberán ser rescatados por la vía más corta, más simple y más directa que se halle disponible. Para retirar a los ocupantes desde las plantas superiores de un edificio, las escaleras interiores son, sin duda alguna, la mejor opción de rescate, siempre que las antesalas y las mismas escaleras sean seguras para el uso de los ocupantes. Excepto cuando hubieran sido dañadas por el incendio o fueran intransitables debido a la presencia de humo o fuego, las escaleras son la vía más estable y que menos riesgos plantea para salir hacia el exterior, a un área segura. Cuando las antesalas y escaleras estén cubiertas de humo, la extinción y una ventilación adecuada permitirán optar por otras vías de salida, como medios de egreso seguros y prioritarios. Los ocupantes que estén en condiciones de trasladarse y que no hubieran quedado atrapados por el fuego podrán caminar de manera segura por las escaleras interiores con una mínima ayuda de los bomberos. Las víctimas que no puedan movilizarse o incapacitadas requerirán asistencia para usar las escaleras y podrían necesitar ser trasladadas para salir del edificio.

En determinados casos, la intensidad del fuego, las condiciones derivadas de la presencia de humo, y los daños estructurales hacen que resulte imposible para los ocupantes usar las escaleras internas. Si ello ocurre, deberán tomarse en consideración otros métodos de rescate. La disposición y condiciones del edificio indicarán cuáles son las mejores alternativas para el rescate. La mayoría de los edificios no están equipados con salidas de escape para incendios, y con frecuencia en aquellos edificios que sí disponen (en general construcciones más viejas) la estabilidad de las mismas es cuestionable. Sin embargo, si se dispone de salidas de escape para incendios estructuralmente firmes, las mismas serán generalmente consideradas como segunda alternativa para rescates. Las salidas de escape para incendios no requieren que los bomberos coloquen escaleras u otros equipos de rescate, y una salida de escape para incendios estructuralmente firme servirá como medio de egreso seguro para grandes volúmenes de personas. Los ocupantes del edificio generalmente conocen la ubicación de las salidas de escapes para incendios. Es habitual que los bomberos encuentren que los ocupantes intentan utilizar los escapes para incendios cuando no pueden transitar por las escaleras interiores. Y, si bien para muchos de los ocupantes las salidas de escape para incendios constituyen una vía de egreso más riesgosa, las utilizarán como primera opción por su proximidad, aún cuando las escaleras estén libres de humo.

Si la presencia de humo o fuego hiciera que los escapes de incendio se hallaran intransitables, será posible protegerlos con líneas de mangueras, o bien podría ser necesario emplear algún dispositivo aéreo o escaleras de mano para retirar a las víctimas de un escape para incendios cuando el fuego o el humo no pudieran ser controlados. Los dispositivos aéreos son considerados métodos de rescate de tercera prioridad. Constituyen una plataforma más estable que las escaleras de mano; y en el caso de que se emplee una plataforma aérea, una víctima inconsciente podrá ser descendida de manera efectiva. Es posible que sea necesario trasladar a una víctima utilizando una escalera aérea de línea recta, pero aún esta opción es más segura que la escalera de mano y requiere menor cantidad de bomberos.

A determinados edificios o partes de los mismos no puede accederse a través de dispositivos aéreos, y posiblemente requieran el uso de escaleras de mano, que revisten mayor complejidad para su correcta ubicación y son menos estables. Además, muchos ocupantes se muestran renuentes a salir por una ventana y subirse a una escalera portátil. Cuando se ha indicado el uso de escaleras de mano, es posible que se requiera la intervención de todos los miembros de la compañía del departamento de bomberos para rescatar a un solo ocupante. Muchos ocupantes necesitarán ser asistidos para acceder a la escalera desde el interior del edificio o para descender por la misma. Las víctimas que no puedan trasladarse por sus propios medios y/o discapacitadas necesitarán ser asistidas para descender por la escalera, lo que constituye una táctica ardua y peligrosa. Es por ello que podría requerirse la intervención de todo el plantel de bomberos para asistir a una sola víctima en su descenso por una escalera portátil, ya que probablemente los bomberos deban colaborar en la planta interior de la ventana, en la escalera misma, y en su extremo inferior.

Ascensores
El uso de ascensores para operaciones de rescate plantea una interesante cuestión. Profesionales de la seguridad contra incendios recomiendan a los ocupantes no utilizar los ascensores como medio de escape ante la presencia de fuego. Sin embargo, en determinadas circunstancias podrán utilizarse los ascensores para retirar a los ocupantes, bajo el control del departamento de bomberos. El uso de ascensores para evacuación podría justificarse en edificios subdivididos por construcciones resistentes al fuego. Si el ascensor estuviera alejado y separado del área del incendio y contara con un suministro de energía auxiliar, su uso para fines de rescate podría ser la mejor alternativa, especialmente para la evacuación de ocupantes que no puedan movilizarse. Sin embargo, el uso de un ascensor en el área próxima al incendio reviste peligro para todas las personas y debe ser evitado.

Otros métodos de rescate que requieran el uso de equipos especiales y de uso poco frecuente son más peligrosos, tanto para los bomberos como para las víctimas. La mayoría de los bomberos reciben entrenamiento en el uso de cuerdas de seguridad para auto rescate y para rescate de terceros. El uso de cuerdas con fines de rescate puede justificarse sólo en casos extremos, cuando las víctimas se hallen fuera del alcance de escaleras portátiles, aéreas y plataformas elevadas. Antes de recurrir a este método, deberán implementarse todas las acciones necesarias para llevar a cabo un rescate interior. Los rescates con cuerdas en general son extremadamente lentos y peligrosos.

Antes de proceder con cualquier tipo de rescate, se deberá determinar si el empleo de recursos limitados para el rescate de los ocupantes constituye la mejor alternativa. El concepto de defensa en el lugar se aplica en determinadas ocupaciones, como edificios de altura y establecimientos de cuidado de la salud, donde los ocupantes son retirados del área de incendio pero permanecen dentro de la estructura. Muchos edificios de grandes dimensiones son construidos de manera que permitan la aplicación de la estrategia de defensa en el lugar. Deberá tenerse en cuenta si es más seguro dejar que los ocupantes permanezcan en el lugar, en sectores del edificio que no hayan sido contaminados por los productos en combustión, o si es más adecuado evacuar a los ocupantes a través de corredores o huecos de escaleras cubiertos de humo. A medida que se toman en consideración métodos de rescate más complejos, el interrogante sobre la necesidad de rescatar a las víctimas adquiere una importancia fundamental. Si el fuego puede ser extinguido con rapidez o si el edificio se halla protegido por un sistema de rociadores, las estrategias de defensa en el lugar serán la mejor alternativa. Sin embargo, si en la evaluación de las dimensiones llevada a cabo por el Responsable de Comando del Incidente se indica que los ocupantes deben ser rescatados, se deberá entonces determinar cuáles son los medios más seguros y eficaces para retirar a los ocupantes del edificio.

Cuando los ocupantes permanezcan dentro de un edificio en llamas, se deberá primero determinar la necesidad de proceder con el rescate. Si fuera necesario retirar a las personas de un edificio de múltiples plantas, el uso de las escaleras interiores será la primera alternativa. Una vez tomada la decisión de retirar a los ocupantes del edificio, se deberá siempre aplicar los medios más seguros y eficaces disponibles.

Esta columna ha sido adaptada del libro Combate de Incendios Estructurales

martes, 9 de junio de 2009

El futuro de los incendios: Lo que viene





En noviembre del año pasado, 130 líderes de los campos de la investigación, ingeniería, servicio de bomberos, protección contra incendios de instalaciones y fabricación se reunieron en Washington, D.C., para celebrar el XXV aniversario de la Fundación de Investigaciones de Protección contra Incendio. El tema central de la conferencia fue “Prepararse para los próximos 25 años”, y mostró todos los atributos de un momento histórico sobre la manera en que pensamos la protección contra incendio en este país. Se alentó a los participantes a considerar los enormes cambios que se están llevando a cabo en tres áreas fundamentales —sociedad y datos demográficos; materiales y tecnología; y medio ambiente, energía y sustentabilidad— y lo que estas significan para el futuro de la seguridad contra incendios de los EE.UU., incluyendo su impacto en los códigos y normas de la NFPA. Esta es una mirada sobre ese futuro.





De más edad, más diversa y más cantidad: Sociedad y datos demográficos
Según el Dr. Kevin McCarthy, presentador y científico social principal de Rand Corporation, la población de los EE.UU. crecerá a ritmo constante en los próximos 25 años en un 1%, o 3 millones de personas, por año. La inmigración representará un 40% de ese crecimiento, y la porción asiática e hispánica de la población total aumentará de un 22% a un 34%.1 Los incrementos de población principalmente ocurrirán en los estados del sur y del oeste, en especial en Arizona, Nevada y Carolina del Norte, y se concentrará cada vez más en las áreas urbanas.2,3 Algunas de estas zonas urbanas se encuentran sometidas a desastres de gran escala, ya sean provocados por el hombre, o naturales, tales como incendios en bosques, huracanes y terremotos.4 La composición de la población también se está modificando. La edad media de la población crecerá de 35 a 38 años.5 El porcentaje de la población laboralmente activa se reducirá, mientras que la población de la tercera edad aumentará de 12.5% a un 20%.6 Estos factores significan más viviendas unipersonales y menos viviendas con niños, lo que provocará cambios en los tipos de viviendas.
1. Los programas públicos de información sobre seguridad contra incendios están respondiendo a los cambios culturales en una variedad de maneras, como mensajes para la tercera edad y para las personas cuya lengua materna no es el inglés. Larry McKenna, panelista de la conferencia perteneciente a la Administración contra Incendios de los EE.UU., señaló que ciertas barreras culturales muy arraigadas seguirán planteando desafíos para los promotores de la seguridad contra incendio y que ciertos esfuerzos relacionados, como el servicio de bomberos voluntarios, pueden llegar a declinar en los años venideros.
2. Los patrones de crecimiento urbano muestran una tendencia creciente hacia poblaciones de mayor densidad, y esto requerirá un realineamiento de todos los códigos y normas que afecten el medio construido. Ciertos grupos ya se encuentran estudiando estas preocupaciones, como el Comité Asesor de Seguridad en Edificios de Altura de NFPA, en vigencia desde 2004, que analiza la tendencia creciente hacia edificios más altos como resultado de poblaciones de mayor densidad. Stacy Welch, conferencista perteneciente a Marriott, indicó que “los edificios son más complejos que nunca, y se encuentran en las áreas urbanas más pobladas”. Los códigos de construcción, como el NFPA 5000®, Código de Seguridad y Construcción de Edificios, deberán seguir el ritmo de estos patrones cambiantes.
3. A medida que nuestra población se concentre más en áreas urbanas y suburbanas, los procedimientos de respuesta ante emergencias, como las rutas de evacuación y las tácticas de combate de incendio, deberán adaptarse. El servicio de bomberos y otros socorristas de emergencia deberán seguir el ritmo de los cambios para poder manejar desastres naturales, o provocados por el hombre, de gran escala. Ciertos documentos como el NFPA 1561, Servicios de emergencia del sistema de administración de incidentes, deberán adaptarse para poder manejar estos cambios.
4. Una faceta especial del cambio de los patrones de crecimiento urbano es el problema de los incendios que afectan las superficies de contacto entre la vida silvestre y la urbana. En las últimas décadas ya hemos sido testigos de estos desastres, y las poblaciones cambiantes continúan aumentado el problema. Ciertas iniciativas, como el programa Firewise© de NFPA, están cobrando nueva importancia; y documentos como el NFPA 1144, Reducción de los riesgos de combustión estructural en incendios forestales, también están cobrando renovada importancia.
5. A medida que la población envejece, debemos considerar medios efectivos para manejar a las personas con discapacidad en nuestras estrategias de seguridad de incendios. Por ejemplo, NFPA 72®, Código Nacional de Alarmas de Incendios, está analizando los requisitos de señales efectivas para las personas con problemas de audición, y NFPA 101®, Código de Seguridad Humana, se encuentra considerando cambios en las disposiciones de diseño de edificios para permitir la evacuación/seguridad de las personas con discapacidad motriz, incluyendo el uso de ascensores. Otros grupos, como el Comité Asesor de Accesibilidad de NFPA, están estudiando diferentes maneras para ayudar a las poblaciones con problemas de motricidad.
6. El descenso de la población activa afectará todas las disciplinas de seguridad contra incendio, afirmó Ozzie Mirkah, panelista de la conferencia de Incendio y Rescate de Las Vegas. “La población de edad cada vez más avanzada aumentará la demanda de respuestas de emergencia al tiempo que agotan nuestros números”, afirmó Mirkah. “Debemos elevar nuestro objetivo sobre prevención de incendios para tratar este problema.
Nuevas esperanzas, nuevos problemas: Materiales y tecnología
Las décadas venideras estarán marcadas por avances importantes en materiales y tecnología.1 Las áreas que incluyen disponibilidad y utilidad de información, biotecnología, materiales inteligentes y nanotecnologías se están desarrollando a gran velocidad, al igual que sus aplicaciones.2,3 Las aplicaciones de biotecnología, por ejemplo, incluyen medicina personalizada fundamentada en bases de datos de información del paciente.4 Mientras tanto, las aplicaciones de nanotecnología abarcan desde nuevas familias de sensores químicos y biológicos y mejoras de capacidad de baterías, hasta dispositivos personales de monitoreo médico y capacidades mejoradas de monitoreo humano y ambiental, todos con implicancias evidentes y abarcadoras para los esfuerzos del servicio de bomberos y de la seguridad contra incendio.5,6
1. Los avances en tecnología electrónica, por ejemplo, tienen un enorme potencial para ayudar a detectar incendios. Bob Boyer, panelista de la conferencia perteneciente a GE Security, afirmó que tales avances, como la tecnología de sensores múltiples, “generaría una menor cantidad de falsas alarmas, brindaría una mejor detección y mejoraría la eficiencia”. NFPA 72®, Código Nacional de Alarmas de Incendios, está monitoreando estas nuevas tecnologías para brindar el desempeño y los criterios de instalación adecuados.
2. El impacto de los nanomateriales sobre la seguridad contra incendio todavía debe investigarse y comprenderse cabalmente. Estos y otros materiales nuevos utilizados para decorar y construir edificios —por ejemplo, nuevos materiales de construcción livianos para techos— pueden llegar a cambiar muchos de nuestros enfoques básicos de diseño de seguridad contra incendio. En la actualidad, el Comité de Pruebas de Incendio de NFPA se encuentra analizando métodos de prueba utilizados para evaluar los riesgos de los materiales, junto a otras organizaciones de pruebas y normas de seguridad contra incendio.
3. Los avances en tecnología con aplicación directa sobre el servicio de bomberos están experimentando un auge sin precedentes. “Debemos seguir estimulando este avance y promover las mejoras del servicio de bomberos, tales como sensores y controles integrados y sistemas de ubicación que serán de gran ayuda para los bomberos”, afirmó Anthony Hamins, panelista de la conferencia, y del Instituto Nacional de Normas y Tecnología. Las normas sobre vestimenta y equipamiento de protección personal de NFPA, como NFPA 1971, Norma sobre vestimenta protectiva para combate de incendios estructurales y combate de incendios de proximidad, sufren actualizaciones continuas a fin de implementar las últimas tecnologías.
4. También están siendo estudiadas con intensidad las tecnologías aplicadas a los temas de seguridad y salud. Ellen Sogolow, participante de la conferencia y del Programa de Subsidio de Asistencia para Bomberos, resaltó la “aplicación de técnicas clínicas para monitoreo en tiempo real de la seguridad de los bomberos durante incendios”, como los medios de respiración aumentados y el monitoreo mejorado de la temperatura corporal y el ritmo cardíaco. Dichas investigaciones proveerán nueva información de vital importancia para la seguridad de los bomberos y documentos de salud tales como NFPA 1582, Programa global de medicina ocupacional para departamentos de bomberos.
5. La tendencia hacia la adaptación de tecnologías que cumplan con objetivos de desempeño específicos, es directamente aplicable a los sistemas de supresión de incendio. NFPA 13, Instalación de sistemas de rociadores, ofrece orientación de instalación y desempeño para una amplia variedad de nuevos diseños de rociadores. Los cambios en configuraciones de almacenamiento —contenidos, empaques, volumen de almacenamiento y recuperación automática— en ocupaciones minoristas y de almacenamiento, están incrementando el volumen y riesgo de mercaderías almacenadas, creando escenarios nuevos y problemáticos. NFPA 13 está respondiendo a este desafío a través del desarrollo de nuevas disposiciones para la protección de bienes almacenados.
6. Mientras que muchas de estas nuevas tecnologías ofrecen grandes esperanzas para el futuro de la seguridad de incendio, el Dr. Philip Anton, Director del Centro de Políticas de Adquisición y Tecnología de RAND Corporation, señaló que las nuevas tecnologías traen aparejados nuevos problemas. La tecnología sobre seguridad y salud podría generar problemas relacionados con la privacidad y la ética, afirmó Anton, mientras que los nuevos materiales podrían presentar nuevos riesgos de salud o nuevos riesgos de incendio.


Un dilema poco conveniente: Medio ambiente, energía y sustentabilidad
El cambio climático resulta evidente en todo el planeta. De acuerdo con el ponente de apertura, Shere Abbott, Director del Centro para la Ciencia y Práctica de la Sustentabilidad de la Universidad de Texas, han ocurrido más de 800 inundaciones de importancia en todo el mundo desde 2000, y los incendios en zonas forestales de la región oeste de los Estados Unidos se han cuadriplicado en los últimos 30 años.1 Las emisiones de dióxido de carbono han aumentado en un tercio en los últimos 50 años, con un incremento del promedio de la temperatura global de 1°F (0.5°C).2 Nuestros recursos naturales están descendiendo como resultado de una demanda mayor y la biodegradación de ecosistemas naturales.3 La demanda mundial de agua se ha triplicado en los últimos 50 años; 36 estados de los EE.UU. deben enfrentar la escasez de agua en forma inmediata.4 En la actualidad, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, y esa cifra está lista para aumentar rápidamente. Para 2050, se proyecta que la población mundial que vive en ciudades se duplicará o triplicará, alcanzado los 7.000 millones aproximadamente.5
1. Las implicancias del cambio climático son profundas y nos harán cambiar la manera en que consideramos la seguridad contra incendios. Junto con un posible aumento en la cantidad y severidad de los desastres naturales, la demanda mayor de socorristas hace necesarias nuevas tácticas y afectará las normas basadas en servicios de bomberos, como NFPA 1670, Operaciones y capacitación para incidentes con rescates técnicos. “Debemos ser más elásticos respecto de los cambios en el medio ambiente y adaptar mejor nuestras habilidades y estrategias de combate de incendio”, dijo Bill Stewart, Jefe de los Servicios de Bomberos de Toronto, y panelista de la conferencia. “Debemos contar con estrategias de mitigación y adaptación”.
2. Los problemas de energía relacionados con el transporte tienen aún más urgencia, y los avances crearán nuevas oportunidades de seguridad contra incendio, y nuevos riesgos. Un uso más extendido de vehículos alternativos y sus diferentes combustibles —por ejemplo, biodiesel, etanol/alcohol, hidrógeno y electricidad— presentan diferentes riesgos y demandarán tácticas de respuesta a emergencias y de combate de incendio únicas, además de sistemas de protección de incendio. NFPA ha respondido en forma proactiva para analizar uno de estos nuevos combustibles con el desarrollo del código propuesto: NFPA 2, Código de Tecnologías de Hidrógeno.
3. La sustentabilidad ejercerá una presión continua sobre las restricciones ambientales para una variedad de productos químicos, una tendencia que afecta prácticamente a todos los códigos y normas de NFPA, desde la selección de extintores de incendio hasta el control de riesgo de los contenidos y mobiliarios de un edificio. NFPA ya se encuentra en la vanguardia de este tema. Por ejemplo, NFPA 2001, Sistemas de extinción de incendios mediante agentes limpios, se originó hace varias décadas debido a la necesidad de sistemas de extinción mediante agentes limpios respetuosos del medio ambiente. Pero queda mucho por hacer. “Algunos sucedáneos, como ciertos retardantes de llama, simplemente no logran el mismo nivel de desempeño [como los materiales tradicionales]”, afirmó Jim Pauley, panelista de la conferencia, y miembro de Schneider Electric/Square D Company. “No hay alternativas claras”.
4. Los recursos hídricos en descenso seguirán teniendo un impacto importante en los sistemas de extinción de incendios y las estrategias de combate de incendios, desde combate de incendios residenciales y diseños residenciales de rociadores de incendio hasta requisitos de presión de agua para edificios de altura y otras estrategias de control de incendio que insumen elevados volúmenes de agua. Estas preocupaciones exigen “nuevos enfoques respecto de la puesta a prueba y mantenimiento de la protección de incendio”, dijo Jon Hall, de FM Global y participante de la conferencia. “Debemos encontrar nuevos métodos para reducir el consumo de agua”.
5. La concientización sobre la conservación de energía seguirá generando desarrollos en el diseño de edificios ecologistas. El impacto que los nuevos tipos de construcción de muros, la hermeticidad térmica mejorada y las fuentes de energía alternativas, como la energía solar, tendrán sobre la seguridad contra incendios deberá analizarse en profundidad. Éstos, ya están teniendo un impacto directo sobre códigos de importancia tales como NFPA 1, Código Uniforme de Seguridad contra Incendios, y NFPA 101®, Código de Seguridad Humana.

martes, 26 de mayo de 2009

Polvo: Cuando una molestia se transforma en fatalidad


Muchas personas no sabían que el azúcar podía explotar hasta el 7 de febrero de 2008, cuando una explosión conmocionó a la Imperial Sugar Company, de Port Wentworth, Georgia, dejando un saldo de 15 muertes y 40 personas heridas. Situadas justo en la periferia de la ciudad de Savannah, estas instalaciones de 91 años de antigüedad procesaban azúcar granulada e impalpable.


Si bien este incidente aún está siendo investigado por la Junta de Seguridad Química e Investigación de Riesgos de los Estados Unidos (CSB), la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) informó que la explosión inicial se produjo en un elevador de cangilones. Creen que las actividades en el silo crearon una acumulación de polvo de azúcar suspendido, combustible. La explosión dio origen al incendio y provocó el derrumbe parcial del edificio de cuatro pisos. La explosión inicial agregó más polvo combustible en la atmósfera, lo cual provocó una serie de explosiones secundarias que se extendieron en forma sucesiva por toda la galería del silo y el túnel. El fuego proveniente de las explosiones secundarias se propagó por las instalaciones de empaque y hacia el interior de los edificios adyacentes.


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Fotografía aérea de la planta de Imperial Sugar luego de la explosión y el incendio.
(Foto: Cortesía dela Junta de Seguridad Química)

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Un agente de la Oficina de Control de Bebidas Alcohólicas, Tabaco y Armas de Fuego apostado cerca de los restos de la planta. Más de 50 personas fueron trasladadas al hospital desde el sitio del incidente. (Foto: AP/Wide World Photos)

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Imágenes de la explosión tomadas por la cámara de seguridad en la planta de Imperial Sugar durante n período de 19 segundos. (Foto: Cortesía de la Junta de Seguridad Química)

Información adicional

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Incendio y explosión en Malden Mills

El 11 de diciembre de 1995 una explosión e incendio provocaron lesiones en 37 trabajadores y la destrucción de la compañía Malden Mills, fabricante de telas polar, en Methuen, Massachusetts.
De acuerdo con lo informado por OSHA, la Administración contra Incendios de los Estados Unidos y la Oficina del Jefe de Bomberos del Estado de Massachusetts, el primer evento fue probablemente una explosión de polvo que incluía fibras polar de nylon. Si bien los informes de eventos previos ocurridos en las mismas instalaciones indicaban que las fibras de nylon habían sido encendidas por electricidad estática, los gerentes y empleados, en general, no sabían que las fibras pudieran constituir un riesgo de explosión, antes de lo ocurrido en el año 1995.

Explosión e incendio en CTA Acoustics
De acuerdo con el informe final de la investigación de la Junta de Seguridad Química (CSB, por sus siglas en inglés), la explosión del 20 de febrero de 2003 en CTA Acoustics, Inc., de Corbin, Kentucky, comenzó cuando un incendio en un horno que funcionaba de manera deficiente encendió una nube de resina fenólica en polvo, generada durante la limpieza de una línea de producción. CTA utilizaba polvo de resina fenólica junto con otras materias primas para producir aislamiento acústico de fibra de vidrio para automóviles.

La CSB detectó que el uso de aire comprimido, ventiladores eléctricos y escobas para quitar el polvo formaba una nube en las proximidades del horno de la línea de producción. El control de temperatura del horno no funcionaba correctamente, lo que hacía que se calentara y por ello se dejó abierta la puerta, para poder controlar la temperatura.

De acuerdo con el informe de la CSB, la primera explosión de polvo y el incendio desencadenaron las explosiones secundarias en varias de las líneas de producción, que destruyeron gran parte del área de producción.

Al igual que Imperial Sugar, CTA tenía antecedentes de pequeños incendios provocados por la acumulación de material combustible. Rutinariamente, los empleados apagaban estos incendios utilizando extintores y mangueras, pero aquella mañana, los trabajadores estaban haciendo tareas de limpieza y no había nadie cerca del horno que funcionaba de manera deficiente, según se establece en el informe de la CSB.

Si bien este incidente aún está siendo investigado por la Junta de Seguridad Química e Investigación de Riesgos de los Estados Unidos (CSB), la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) informó que la explosión inicial se produjo en un elevador de cangilones. Creen que las actividades en el silo crearon una acumulación de polvo de azúcar suspendido, combustible. La explosión dio origen al incendio y provocó el derrumbe parcial del edificio de cuatro pisos. La explosión inicial agregó más polvo combustible en la atmósfera, lo cual provocó una serie de explosiones secundarias que se extendieron en forma sucesiva por toda la galería del silo y el túnel. El fuego proveniente de las explosiones secundarias se propagó por las instalaciones de empaque y hacia el interior de los edificios adyacentes.

Sin embargo, la explosión en Imperial Sugar no fue la única explosión atroz de polvo ocurrida en los Estados Unidos en los últimos años. De acuerdo con la CSB, hubo más de 280 explosiones de polvo desde 1980 hasta 2005, que provocaron 119 muertes y 718 heridos. No obstante ello, muchos trabajadores —aún aquellos bien entrenados en las rutinas de seguridad de sus instalaciones—desconocen los riesgos del polvo.

En términos generales, cuanto más pequeña sea la partícula de polvo, mayor será el riesgo. Una regla general de aplicación frecuente sostiene que el polvo con un tamaño de partícula de 420 micrones (tamiz de malla de 40) puede actuar como combustible en una explosión de polvo. Como marco de referencia, el azúcar de mesa habitual oscila entre aproximadamente 850 a 150 micrones, en su mayoría entre 350 y 450 micrones, según sostiene Paul Caulkins, gerente de Garantía de Calidad de Imperial Sugar. Con bastante frecuencia, los polvos comprenden una mezcla, o distribución, de tamaños. En el caso de las mezclas, otra regla general establece que sólo el 2 por ciento de los polvos debe ser de 420 micrones o menos para constituirse como potencialmente explosivo. Las fibras, debido a su formato no esférico, podrían no atravesar el tamiz de malla de 40, pero aún así representar un problema, como se ha comprobado en la explosión de Malden Mills, ocurrida en 1995, en Lawrence, Massachusetts, en la que se vieron involucradas fibras de telas. (Para obtener mayor información sobre este incidente, consulte el recuadro).

Son cinco las condiciones que aumentan el riesgo de una explosión de polvo. Si un polvo combustible se suspende en aire o en otro medio oxidante, se halla en la concentración explosiva mínima (MEC, por sus siglas en inglés), en presencia de una fuente de ignición, y confinado, entonces están dadas las condiciones para la explosión del polvo. La eliminación de al menos uno de los elementos del pentágono del polvo constituye la estrategia de control establecida en las normas sobre polvos de la NFPA.