miércoles, 15 de julio de 2009

Cuando la vía más corta, más simple y más directa no se halla disponible




Los departamentos de bomberos están entrenados y equipados para utilizar diversos métodos diferentes para el rescate de ocupantes atrapados en un edificio en llamas. Los ocupantes deberán ser rescatados por la vía más corta, más simple y más directa que se halle disponible. Para retirar a los ocupantes desde las plantas superiores de un edificio, las escaleras interiores son, sin duda alguna, la mejor opción de rescate, siempre que las antesalas y las mismas escaleras sean seguras para el uso de los ocupantes. Excepto cuando hubieran sido dañadas por el incendio o fueran intransitables debido a la presencia de humo o fuego, las escaleras son la vía más estable y que menos riesgos plantea para salir hacia el exterior, a un área segura. Cuando las antesalas y escaleras estén cubiertas de humo, la extinción y una ventilación adecuada permitirán optar por otras vías de salida, como medios de egreso seguros y prioritarios. Los ocupantes que estén en condiciones de trasladarse y que no hubieran quedado atrapados por el fuego podrán caminar de manera segura por las escaleras interiores con una mínima ayuda de los bomberos. Las víctimas que no puedan movilizarse o incapacitadas requerirán asistencia para usar las escaleras y podrían necesitar ser trasladadas para salir del edificio.

En determinados casos, la intensidad del fuego, las condiciones derivadas de la presencia de humo, y los daños estructurales hacen que resulte imposible para los ocupantes usar las escaleras internas. Si ello ocurre, deberán tomarse en consideración otros métodos de rescate. La disposición y condiciones del edificio indicarán cuáles son las mejores alternativas para el rescate. La mayoría de los edificios no están equipados con salidas de escape para incendios, y con frecuencia en aquellos edificios que sí disponen (en general construcciones más viejas) la estabilidad de las mismas es cuestionable. Sin embargo, si se dispone de salidas de escape para incendios estructuralmente firmes, las mismas serán generalmente consideradas como segunda alternativa para rescates. Las salidas de escape para incendios no requieren que los bomberos coloquen escaleras u otros equipos de rescate, y una salida de escape para incendios estructuralmente firme servirá como medio de egreso seguro para grandes volúmenes de personas. Los ocupantes del edificio generalmente conocen la ubicación de las salidas de escapes para incendios. Es habitual que los bomberos encuentren que los ocupantes intentan utilizar los escapes para incendios cuando no pueden transitar por las escaleras interiores. Y, si bien para muchos de los ocupantes las salidas de escape para incendios constituyen una vía de egreso más riesgosa, las utilizarán como primera opción por su proximidad, aún cuando las escaleras estén libres de humo.

Si la presencia de humo o fuego hiciera que los escapes de incendio se hallaran intransitables, será posible protegerlos con líneas de mangueras, o bien podría ser necesario emplear algún dispositivo aéreo o escaleras de mano para retirar a las víctimas de un escape para incendios cuando el fuego o el humo no pudieran ser controlados. Los dispositivos aéreos son considerados métodos de rescate de tercera prioridad. Constituyen una plataforma más estable que las escaleras de mano; y en el caso de que se emplee una plataforma aérea, una víctima inconsciente podrá ser descendida de manera efectiva. Es posible que sea necesario trasladar a una víctima utilizando una escalera aérea de línea recta, pero aún esta opción es más segura que la escalera de mano y requiere menor cantidad de bomberos.

A determinados edificios o partes de los mismos no puede accederse a través de dispositivos aéreos, y posiblemente requieran el uso de escaleras de mano, que revisten mayor complejidad para su correcta ubicación y son menos estables. Además, muchos ocupantes se muestran renuentes a salir por una ventana y subirse a una escalera portátil. Cuando se ha indicado el uso de escaleras de mano, es posible que se requiera la intervención de todos los miembros de la compañía del departamento de bomberos para rescatar a un solo ocupante. Muchos ocupantes necesitarán ser asistidos para acceder a la escalera desde el interior del edificio o para descender por la misma. Las víctimas que no puedan trasladarse por sus propios medios y/o discapacitadas necesitarán ser asistidas para descender por la escalera, lo que constituye una táctica ardua y peligrosa. Es por ello que podría requerirse la intervención de todo el plantel de bomberos para asistir a una sola víctima en su descenso por una escalera portátil, ya que probablemente los bomberos deban colaborar en la planta interior de la ventana, en la escalera misma, y en su extremo inferior.

Ascensores
El uso de ascensores para operaciones de rescate plantea una interesante cuestión. Profesionales de la seguridad contra incendios recomiendan a los ocupantes no utilizar los ascensores como medio de escape ante la presencia de fuego. Sin embargo, en determinadas circunstancias podrán utilizarse los ascensores para retirar a los ocupantes, bajo el control del departamento de bomberos. El uso de ascensores para evacuación podría justificarse en edificios subdivididos por construcciones resistentes al fuego. Si el ascensor estuviera alejado y separado del área del incendio y contara con un suministro de energía auxiliar, su uso para fines de rescate podría ser la mejor alternativa, especialmente para la evacuación de ocupantes que no puedan movilizarse. Sin embargo, el uso de un ascensor en el área próxima al incendio reviste peligro para todas las personas y debe ser evitado.

Otros métodos de rescate que requieran el uso de equipos especiales y de uso poco frecuente son más peligrosos, tanto para los bomberos como para las víctimas. La mayoría de los bomberos reciben entrenamiento en el uso de cuerdas de seguridad para auto rescate y para rescate de terceros. El uso de cuerdas con fines de rescate puede justificarse sólo en casos extremos, cuando las víctimas se hallen fuera del alcance de escaleras portátiles, aéreas y plataformas elevadas. Antes de recurrir a este método, deberán implementarse todas las acciones necesarias para llevar a cabo un rescate interior. Los rescates con cuerdas en general son extremadamente lentos y peligrosos.

Antes de proceder con cualquier tipo de rescate, se deberá determinar si el empleo de recursos limitados para el rescate de los ocupantes constituye la mejor alternativa. El concepto de defensa en el lugar se aplica en determinadas ocupaciones, como edificios de altura y establecimientos de cuidado de la salud, donde los ocupantes son retirados del área de incendio pero permanecen dentro de la estructura. Muchos edificios de grandes dimensiones son construidos de manera que permitan la aplicación de la estrategia de defensa en el lugar. Deberá tenerse en cuenta si es más seguro dejar que los ocupantes permanezcan en el lugar, en sectores del edificio que no hayan sido contaminados por los productos en combustión, o si es más adecuado evacuar a los ocupantes a través de corredores o huecos de escaleras cubiertos de humo. A medida que se toman en consideración métodos de rescate más complejos, el interrogante sobre la necesidad de rescatar a las víctimas adquiere una importancia fundamental. Si el fuego puede ser extinguido con rapidez o si el edificio se halla protegido por un sistema de rociadores, las estrategias de defensa en el lugar serán la mejor alternativa. Sin embargo, si en la evaluación de las dimensiones llevada a cabo por el Responsable de Comando del Incidente se indica que los ocupantes deben ser rescatados, se deberá entonces determinar cuáles son los medios más seguros y eficaces para retirar a los ocupantes del edificio.

Cuando los ocupantes permanezcan dentro de un edificio en llamas, se deberá primero determinar la necesidad de proceder con el rescate. Si fuera necesario retirar a las personas de un edificio de múltiples plantas, el uso de las escaleras interiores será la primera alternativa. Una vez tomada la decisión de retirar a los ocupantes del edificio, se deberá siempre aplicar los medios más seguros y eficaces disponibles.

Esta columna ha sido adaptada del libro Combate de Incendios Estructurales